Desde
el texto de Josepa Cucó, Antropología Urbana, analizaremos la ciudad
desde distintos enfoques, atravesando por una ciudad globalizada y en la
necesidad de investigar algo más que sobre ella.
Según
Josepa Cucó es importante analizar la ciudad y preguntarse sobre ella porque es
en ella y con ella donde se hilan los procesos de formación y transformación
social. Es un escenario de lo que ocurre a nivel global. Como dice también Marc
Augé, la ciudad respira, proyecta hacia el exterior y atrae hacia su interior,
provoca una serie de flujos que confluyen en las megalópolis de la modernidad.
Las ciudades representan la complejidad y la porosidad de los tiempos
contemporáneos. Ese complejo de dentro/fuera provoca cambios inesperados, inciertos y no pocas veces
contrarios.
Ahora
bien, definir ciudad viene a ser una tarea complicada pero no por ello menos
importante o irrelevante. Se encuentran diversas definiciones acerca de ciudad
pero ninguna llega a ser completa. Se la definido entendiéndola como dualidad,
tipo: comunidad/sociedad, ciudad preindustrial/ciudad postindustrial. Estos
enfoques duales son inservibles, pues se evidencia que la heterogeneidad de las
ciudades no es divisible en dos campos. Está claro que nos hallamos ante un
cambio de estructuración, qué es entonces la ciudad contemporánea.
Según
Eduard Soja (200) que utiliza el término postmetróplis o metrópoli postmoderna
hay que analizar la ciudad moderna desde una perspectiva que agrupe la ciudad como conjunto de
prácticas, la ciudad como imagen, ideal, símbolo y ciudad como imaginación
espacial. Por tanto investiga la ciudad diciendo que se está produciendo un cambio en la forma en
que pensamos la ciudad y la vida urbana puesto que ya no la utilizamos como
forma de expresión cultural. Otra cualidad cambiante que observa es la
porosidad de ésta tanto a nivel conceptual como material (fronteras). En las
ciudades peligran los vínculos que unen
lugares (desterritorialización) y crea nuevas formas de identidad territorial
(reterritorialización), las prácticas urbanas nos llevan a las tiendas del
centro y a los cines. Como tercera característica de este cambio, encontramos
una implosión y explosión simultánea, es decir, la postmetrópolis puede
representarse como un producto del proceso de globalización. Lo global se
localiza y lo local se globaliza.
En
una segunda parte del texto, a través de dos autores Sassen Castells, se describe la ciudad como un
dualismo urbano. En esta línea, Sassen define ciudad global como ese espacio
atravesado por la economía y las finanzas, lo que ella llama FIRE, y por otro
lado, esta ciudad es influenciada por los nuevos procesos informacionales
masivos que tienen mucho que ver con las tecnologías. Este polo de dicha
dualidad, esté gestionado por una élite profesional. Quedando así, en el lado
opuesto una subclase que depende del otro polo y sus movimientos. Del mismo
modo, Castells describe la ciudad informacional como una expresión urbana del
proceso de diferenciación económica: una economía formal basada en las nuevas
tecnologías de la información frente a la economía informal. Y de forma
paralela ocurre la misma distinción en el trabajo: por un lado, una fuerza de
trabajo cualificada que proviene de las clases sociales privilegiadas mientras
que por otro lado, una fuerza de trabajo descualificada que subyace de una gran
parte de la población con un bajo nivel de cualificación profesional al que se
le suma otra parte de esta población, los excluidos.
Pero
como diría Henri Lefevre, dos términos no son nunca suficientes… il y a
toujours l’autre. Es entonces que Soja (2000:230 y ss.) desarrolla el concepto
de cosmópolis, presentando la ciudad como un espacio globalizado y
culturalmente heterogéneo. Defiende que los procesos de globalización crean lugares de formación
de identidades y de comunidades transnacionales que hacen resurgir nuevas
demandas en pro de la justicia social. Estos movimientos urbanos naces de esta
subclase que definían tanto Sassen como Castells y que representan a unos
habitantes no como recipientes pasivos de la transformación de la ciudad, sino
que recuperan su dimensión de actores y sujetos políticos, cuestionándoselos
poderes establecidos y representando más que nunca la globalización urbana
contemporánea y la adaptación cultural transnacional.
En
una tercera parte de este texto, vemos como el autor incide en la idea de no
quedarse únicamente en una descripción de ciudad polarizada, a ello añade los
procesos de mestizaje e hibridación, entendidos como esa fusión de comunidades
que engendran nuevos sentidos de pertenencia. A parte de esa destacada dualidad
urbana que da importancia a los movimientos mercantiles y a la comunicación,
tenemos que tener en cuenta dos cosas:
- El reforzamiento de los ámbitos locales de actuación y protagonismo de las ciudades como espacios estratégicos en la representación y gestión política.
- El papel de la política como factor de transformación de situaciones de exclusión y desigualdad.
El
mestizaje añade a nuestra investigación una dimensión política necesaria, éste no es solo un mercado cultural abierto
sino que se construye, a partir de desigualdades, estrategias y
contra-estrategias, armadas en torno a los grupos subalternos, como formas de
discriminación. Como son los diversos conceptos de ciudadanía y la sociedad
civil que nos conducen a temas pantanos como el poder, el clientelismo y la
corrupción.
Finalmente
Josepa, intenta explicar la ciudad desde la convergencia de tres ejes:
- 1) Relaciones sociales de la ciudad, que intentará explicar mediante cuatro imágenes de la ciudad (c. étnica, c. dividida, c. generizada y c. contestada) Entendiendo por ciudad étnica, una urbe como un mosaico de grupos étnicos que pueden verse desde enfoques dominantes como los que permiten la supervivencia económica y política. La ciudad dividida, constituye una versión más radical de lo anterior, sería una separación racial urbana en hiperghetos. Considera la ciudad generizada como aquella pensada para los hombres donde las mujeres, niños y minorías sobreviven en esta pero no participan de ella. Por último, la ciudad contestada, como procesos urbanos de contestación. Es decir, el acento a veces se pone en celebraciones de rituales que logran invertir simbólicamente la estructura urbana de poder en las calles, otras veces el acento se pone directamente en los movimientos sociales urbanos. Los rituales proporcionan a los ciudadanos reconstruir los vínculos y la identidad social que ha sido resquebrajada por la globalización. Este tipo de prácticas hace que las comunidades redefinan fronteras y se apropien del territorio.
- Procesos económicos de la ciudad, centrándonos en tres imágenes. (Ciudad desindustrializada, c. global y ciudad informacional) Como ciudad desindustrializada, se entiende el deterioro de una ciudad a causa del cierre de las industrias como fuente de empleo, debido a las fuerzas de la globlización. Entendemos por ciudad global lo que se explicó anteriormente desde los discursos de la autora Sassen. Tanto Nueva York como Tokio y Londres se han convertido por excelencia en las ciudades globales, donde se mueven las finazas internacionales y empresas y donde todo lo demás queda subsumido en una red de jerarquías de producción y mercados de productos. La imagen de ciudad informacional de Castells confirma la dualidad de la ciudad en la que los flujos globales se oponen al espacio de los lugares. Estamos conectados globalmente y desconectados localmente.
- El tercer eje, viene a definir la planificación y arquitectura urbana desde cinco imágenes de ciudad: ciudad modernista, c. postmoderna, c. fortaleza, c. de la memoria y c. de tamaño medio. Como ciudad modernista se entiende la ciudad con carácter colonial, en la que a través de la construcción de modernas tecnologías arquitectónicas se construyeron nuevas sociedades, adoctrinadas y planificadas racionalmente. La ciudad postmoderna, es considerada la ciudad de los no lugares, una ciudad imaginada. Entendemos ciudad fortaleza, como la imagen extrema de la ciudad de la última modernidad, una ciudad donde se ha destruido el espacio público, se ha militarizado y segregado dualmente. Las clases altas se fortalecen, mientras se recorta en programas educativos, sanitarios, sociales adoptando políticas de seguridad penal. Esto provoca un aumento de la violencia y los conflictos. La ciudad memoria nos recuerda que todas las ciudades se someten a cambios de imagen que rompen lo tradicional. Estos cambios suelen ser el resultado de políticas urbanas que buscan difundir imágenes de modernidad y dinamismo. Cuando hacemos referencia a las ciudades medias nos referimos a cómo se ha perdido el interés de las ciudades medias, han quedado sepultadas por el alud de estudios sobre las megalópolis contemporáneas.

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