sábado, 26 de mayo de 2012

Centro Cívicos y Servicios de Proximidad



Antes de dar un repaso a la historia de los servicios de proximidad, tenemos que entender que los edificios utilizados como tales no son sólo edificaciones, sino que son instituciones en las que ocurren cosas. Así, una casa de la cultura es sólo una casa, pero si la entendemos como institución, deberíamos referirnos a las cosas que allí suceden, a las políticas imperantes, etc. Si nos remontamos al pasado de los servicios de proximidad, encontramos en primer lugar las Universidades Populares que en 1844 se crean en Dinamarca. En la Alemania del año 1919, aparece en Dessau la primera (volkhochshule), como respuesta a la situación después de la I Guerra Mundial, por eso no es para extrañar que a partir de 1950, tras la II Guerra Mundial, en países como Francia, Reino Unido o Italia, se empiece a reflexionar sobre la importancia de la cultura y la educación como vehículo de cohesión social y nacional. En España, en el siglo XIX aparecen los ateneos liberales como primera muestra de la educación popular. Otros proyectos son la extensión universitaria de la Institución Libre de Enseñanza (1896), las Casas del Pueblo y las Misiones Pedagógicas de la Segunda República. Durante el franquismo, en 1951, Joaquín Ruiz Jiménez, crea las Casas de Cultura. A partir de 1962, los Teleclubes aparecen postulados por Manuel Fraga Iribarne.

            De lo expuesto, se puede sustraer que los equipamientos de proximidad, aparecen como respuesta a profundas transformaciones sociales, por lo que se pueden destacar tres finalidades políticas: servicios con tendencia al Estado de bienestar; casa común para todos los colectivos y entidades, así como contenedor de iniciativas y proyectos; y, por último, como constructoras del tejido social, el fortalecimiento de la sociedad civil, etc.

            Una posible vía de análisis tipológico de los equipamientos, es la que responde a la síntesis de los modelos básicos, partiendo de la tensión entre sus cuatro políticas de referencia: las políticas de lo social, que evolucionaron de la beneficencia al  desarrollo comunitario; las políticas de lo educativo, que evolucionaron de la instrucción pública a la educación integral; las políticas de lo cultural, que lo hicieron de la cultura patrimonial hasta la democracia cultural; y las políticas de lo político, de lo general, comprendiendo una amplia gama de estrategias y tendencias.

En la encrucijada de lo social y lo educativo, destacan las Universidades Populares alemanas, donde las actividades de apoyo y reciclaje profesional y las ofertas de ocio y tiempo libre, se hacen desde una propuesta educativa. Las Universidades Populares españolas, en los años 80, se centran en la formación permanente y continuada de las personas adultas. Respecto a la encrucijada entre lo educativo y lo cultural, encontramos los Centros Artísticos Comunitarios de Reino Unido, con la misión de reducción de las distancias entre los creadores y los espectadores de la experimentación artística. En la encrucijada entre lo cultural y lo político, destacan las casa de la cultura de Francia, con el objetivo de transformar un privilegio en un bien común, descentralizando y democratizando la cultura. Por último, en la encrucijada entre lo político y lo social, destacan los centros cívicos del centro y el norte de Italia (gobernados por la izquierda), que persiguen la descentralización y participación ciudadana, reduciendo la distancia entre las instituciones y la comunidad. Estos centros, compartían las instalaciones con una amplia gama de servicios sociales, educativos y culturales.

Haciendo referencia al presente, encontramos el carácter local de los equipamientos de proximidad en España. Por otra parte, se encuentran denominaciones dispares para equipamientos más o menos similares. Por lo que respecta a continentes y contenidos de los equipamientos, en España obedecen a cuatro situaciones básicas: continentes unitarios que albergan contenidos únicos; continentes unitarios que albergan contenidos múltiples; continentes múltiples que albergan contenidos múltiples, segregando el uso de determinados espacios para determinadas actividades; y contenidos múltiples albergados en continentes múltiples, pero que gozan de cierta tendencia para integrar los espacios y funciones en su programa.

Por otra parte, el nombramiento de equipamientos, intentan responder a la combinación de cuatro significaciones. Por un lado, la tipología formal: espacios con una función determinada. Por otro, la orientación de la política de las actividades y servicios que allí se producen. En tercer lugar, la que acota la relación entre contenido y continente. Y en cuarto lugar, la que apunta a un ámbito al cual se proyecta la actuación.

Para estudiar la geografía de la proximidad en España, podemos ver como la población no constituye un factor básico de planificación. Normalmente, observamos un equipamiento por municipio, salvo en las localidades más grandes, donde se da un equipamiento por barrio o distrito. Sin embargo, el número de población no es tan determinante. Así mismo, existe la tendencia a concebir el equipamiento como un contenedor, es decir, equipamientos cuya función es dar cabida a colectivos o proyectos. Podemos, así mismo, encontrar las casas de cultura como el modelo de equipamiento de proximidad más extendido. Para ser exactos, el 53,2% de los equipamientos de proximidad españoles son casas de cultura. Cabe destacar, que en las grandes ciudades, los centros cívicos desempeñan un papel fundamental, sobre todo en los municipios con una población superior a 100.000 habitantes.

 Centros cívicos. Una experiencia compartida.

A pesar de la ciudad está compuesta por individualidades, éstas se aglutinan en torno a espacios públicos y servicios comunes. La ciudad próxima, reclama una red colectivizadora del territorio, sólo así se consigue una colaboración y reciprocidad entre el ciudadano y su Administración.

Debemos pensar y ver la ciudad como un espacio para la integración y la solidaridad. De relación y de cohesión social. Es muy frecuente ejercer la ciudadanía de un modo pasivo, sin disfrutar los valores y matices que la atesoran. Así, el centro cívico, actúa como dispensador de servicios de la comunidad ciudadana. Se puede entender como “la prolongación de la plaza pública”, un espacio de aprendizaje permanente sobre cómo vivir en común con la realidad.
  
Centros cívicos, la república entre asociaciones ciudadanas y Administración municipal.

Los centros cívicos nacen de la necesidad de aunar a las asociaciones de ciudadanos y municipio, para dotar a los barrios de espacios comunes. Para eso se necesitan agrupaciones de personas, antes que de piedras (construir grupo antes que edificios). Con el nacimiento de estas asociaciones, éstas reivindicaban frente a la Administración, y a la vez dependían de sus subvenciones. La Administración, entonces, se hizo cargo de todo. Con el resultado, tanto la Administración como las asociaciones perdieron. Hasta mediados de los ochenta, en los que la Administración se apropia de los centros cívicos, estos funcionaban bien. Desde entonces, los centros cívicos se limitan a hacer talleres y a enfocar lo cultural al entretenimiento y el espectáculo. Así, los ciudadanos abandonan poco a poco los centros cívicos.

Cuando, a medidos de los noventa, las asociaciones de ciudadanos vuelven a retomar las propuestas, esta vez lo hacen desde una perspectiva de proponer, diseñar y plantear retos concretos. De esta forma, volvieron a entrar en los centros cívicos, abriendo nuevas vías de relación con la Administración, entendiendo los centros cívicos como una “república (res pública, casa común) entre asociaciones ciudadanos y Administración municipal”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario