domingo, 27 de mayo de 2012

El documental como estrategia educativa


De la mano de Ramon Breu, hablaremos del documental como estrategia educativa, se apoya en cineastas que a lo largo de la historia aplicaron el cine y las nuevas técnicas que utilizaban  en él, para trasmitir al espectador de la carga social del momento y su metodología educativa. Comenzaremos hablando del cineasta francés Alexandre Astruc, quien en el año 1948, nos aseguraba que el cine evoluciona, de tal forma que los creadores de este arte, acabaran escribiendo con su cámara de la misma forma que un escritor lo hace con su pluma, lo denomina “caméra stylo”.                El cineasta afirma que el cine es un lenguaje que puede expresar cualquier área del pensamiento.


Continuemos con Marc Ferro, nos habla sobre la utilización del cine documental como entrevista, para ello tenemos que retomar en la historia y recordar “Le chagrin et la pitié. Chronique d´une ville française sous l´ocuupation” (1971). Dentro de esta película-documental, podemos destacar el importante papel de la entrevista por dos razones: La primera de ellas es que las entrevistas suponen el enfrentamiento de un personaje del presente con su propio pasado y la segunda idea es que gracias a la entrevista podemos comparar la idea que el entrevistado tiene del pasado, con la realidad de ese mismo pasado. De esa forma el cineasta afirma que el relato histórico se hace más auténtico, posee más fuerza, con lo cual configura a este arte, como un nuevo sistema de relaciones entre texto, discurso oral y discurso visual.


En 1978, llega “El tren cinematográfico” de Aleksander Medvenkin, con este proyecto influido por la causa de la revolución y la lucha política, el cineasta declara que es un medio eficaz para la educación del pueblo, con este medio, el público (el pueblo), puede debatir a través del cine sobre sus problemas, sus proyectos y la forma de avanzar en la revolución.

A estos cineastas se sumaron nombres como Jean Vigo, Luis Buñuel, Maya Deren, construyeron un puente entre el cine de no ficción y la tradición del cine experimental. Mencionar que la primera película de Vigo “Á propos de Nice”, fue un manifiesto por el cine social, buscando los gestos, la belleza y el lenguaje oculto, mientras otro gran cineasta Buñuel, en “Las Hurdes” Nos presentaba la verdadera cara del hambre y la miseria a través de uno de los primeros documentales sonoros. Maya, en su film “Meshes of the afternoon” nos acerca al suicidio, a la angustia, al sueño desde la influencia femenina. Tres cineastas cargados de dosis de voluntad por remover el imaginario y la conciencia de la época.

No podemos hablar de la visión etnográfica del cine sin hablar de Robert Flaherty, tal y como nos dice José Luis Sánchez Noriega en su artículo “Man of Aran” (2002), en la que analiza el documental con el mismo nombre del cineasta (1934). En este documental, Flaherty realizó un documental mediante la observación-participación en un grupo de personas en el Ártico, en medio del Atlántico o en la Polinesia. Por su parte, Ramon Millà, en 2004, analiza la necesidad de “realidad” frente a la telebasura con su artículo “¡No pienses!”

Antonio Weinrichter, escribe “El documental falso” en 2005. Este tipo de documentales no siempre tienen una finalidad fraudulenta, sino que también pueden entenderse como parodias con carácter crítico, hablando del filme “Wag the dog”, dirigido por Barry Levinson en 1998, comparando la manipulación ejercida por el poder, con la finalidad de ocultar o transformar la información, con lo que Orwell describe en su libro “1984”, cuando habla del grupo de funcionarios encargados de reescribir la historia.

En el texto “Riesgos y abusos de la memoria” (2006), el autor Vicente Sánchez-Biosca, reflexiona sobre el documental histórico. Recordando la idea del profesor Marc Ferrero, deja ver como este tipo de documentales, no hacen sólo referencia a lo que ya ha sucedido, sino también a los problemas y tensiones del presente en el que se ruedan. El portal educativo “AulaMèdia”, publica en 2007 un artículo titulado “La posibilidades didácticas del documental”, en el que reflexiona, a partir de la película “Memoria del saqueo” (Fernando Pino Solanas), de encontrar en el cine una nueva forma de “documentar”, de comunicar y transmitir un sentido a la realidad que viven las personas.

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