viernes, 18 de mayo de 2012

La Educación Social en el municipio: Cultura y Participación Social. La Cultura como valor estratégico para el Desarrollo de la Comunidad. La Elaboración de un Proyecto Cultural en el Municipio. Rosa Marí Ytarte



            El contenido de un proyecto cultural, está ligado al contexto territorial y a las características de la población a la que se dirige. Así, habrá que definir los rasgos particulares del territorio y que identificar el sector poblacional al que se refiere. El análisis de un territorio implica el de su contexto inmediato y su pertenencia a unidades geográficas o políticas más amplias. Los objetivos principales son: definir las necesidades culturales a largo plazo; promover desde una perspectiva en red con los municipios cercanos el intercambio cultural y el aprovechamiento de equipamientos y recursos; favorecer la movilidad de los ciudadanos a los centros culturales de las ciudades próximas; y construir un programa que posibilite que el municipio se convierta en un centro de cultura, facilitando su apertura al exterior. Así, se deben responder dos preguntas: ¿quién hace qué?; y ¿en qué territorio se desarrolla la acción?

A la hora de analizar un municipio y sus recursos, se puede hacer a nivel cualitativo y cuantitativo. En el primero de ellos, es importante la participación ciudadana de forma individual y colectiva.
Un paso previo para diseñar un proyecto es tener en cuenta “lo que ya existe”, haciendo referencia a: el patrimonio arquitectónico o natural; la cultura tradicional; la memoria del lugar; y las creaciones artísticas del municipio. El problema con el que se suelen encontrar los municipios pequeños, es la limitación de las ofertas culturales por razones económicas o recursos insuficientes. Un objetivo prioritario debería ser la diversidad de públicos, para lo que los centros polivalentes suelen ser muy útiles.

Las asociaciones suponen un primer impulso de la oferta sociocultural, creando espacios de sociabilidad y convivencia. El municipio, por su parte, atiende a tres líneas de actuación: potenciar el tejido asociativo de la ciudad y la participación de los ciudadanos en las asociaciones; promover el desarrollo y consolidación de las asociaciones; y poner en marcha proyectos de coordinación entre el equipo municipal y las diferentes asociaciones. La participación de las asociaciones depende de la extensión y vitalidad del movimiento asociativo en el municipio y su apertura a los ciudadanos.

Si hacemos referencia a los ámbitos artísticos y culturales en el municipio, se deben planificar, diseñar, ejecutar y evaluar los siguientes aspectos: la red de equipamientos municipales, de sus funciones y de sus usos; los procesos de difusión, información y comunicación; la difusión del proyecto en otros municipios y territorios; el proceso de colaboración con las asociaciones, entidades y ciudadanos; y las acciones de difusión, creación y educación cultural y artística.

El Patrimonio son los edificios históricos y representativos del municipio, así como la artesanía o la industria. Para con el Patrimonio, encontramos cuatro objetivos: su preservación y conocimiento; su relación con la identidad colectiva; su valoración económica y turística; y su contribución al atractivo global del territorio. Supone una tarea de recuperación y conservación, valoración y animación que implique a todos los ciudadanos, fijándonos también en la contaminación acústica o a la estética del conjunto de edificios. No debemos olvidar que, el Patrimonio, no sólo hace referencia al pasado, sino a lo que será en el futuro.

Las bibliotecas son un equipamiento de proximidad. En los municipios pequeños, puede ser el único equipamiento cultural. No se trata sólo de un espacio de lectura o estudios, ya que puede ofrecer actividades culturales tales como: club de lectura; cuenta cuentos; concursos itinerarios; teatro infantil; coordinación con escuelas e institutos; la biblioteca en la calle; servicios de préstamos a domicilio; acciones de animación y educación a la lectura…

Existen tres dimensiones para la programación del arte y el espectáculo: la difusión cultural, entendida como la programación anual que debe ser accesible para todos los ciudadanos; la creación cultural, que hace referencia al apoyo que el municipio debe hacer a su creación propia y su difusión al exterior; y la educación cultural, que hace referencia a la creación de escuelas y programas formativos para diversas edades y ámbitos. Algunos pueden ser: realización de espectáculos y exposiciones; elaboración de materiales y guías didácticas de la programación cultural y los equipamientos de la ciudad; o la participación en otras actividades del proyecto cultural.
En los municipios pequeños, el mantenimiento de una sala de cine se suele hacer muy difícil, por lo que se debería potenciar el acceso a todo tipo de películas. Para fomentar la participación en eventos artísticos, se llevan a cabo cuatro objetivos: facilitar el encuentro con las obras artísticas y los espacios de la cultura; desarrollar las prácticas artísticas; favorecer el encuentro con los artistas y los profesionales de la cultura; y desarrollar un espíritu crítico. En este ámbito, la tarea de la Educación Social se basa principalmente en la mediación entre los colectivos y las iniciativas artísticas.

Es importante concebir a los nuevos vecinos como una oportunidad de intercambio cultural en el municipio. Favorecer la diversidad es una apuesta de futuro que favorece el intercambio cultural y la vida social activa en las localidades. Para ello, se deben incorporar a los nuevos vecinos a las prácticas cotidianas de la cultura de nuestra ciudad. La cultura entendida como la apertura al exterior, pasa por el encuentro y el intercambio con culturas distintas. El arte en la calle puede ser una buena forma de lograrlo, así como los festivales temáticos. Por otro lado, no debemos olvidar que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, suponen la suma de hacer esta tarea más fácil.

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