Este documental, nos describe un
sistema que se ha creado en Venezuela alrededor de la música como herramienta
integradora de “colectivos” en exclusión social por situación geográfica,
recursos económicos, discapacidad, presidiarios. El objetivo de estos proyectos,
no es que los niños aprendan música y sean músicos en un futuro, sino más bien
crear un contexto diferente al que normalmente viven.
Desde un punto de vista educativo, el
éxito de estos proyectos reside cómo utilizan esa herramienta, la música. Es
decir, en esos momentos en los que los niños se encuentran en el centro donde
dan música, no importa tu pasado o lo hayas hecho, no se crea un clima en el
que cada uno cuenta lo que le ha pasado y porqué está allí, se crea un contexto
de diversidad y a la vez de igualdad. Se parte de un punto cero, en el que no
importa por qué estés allí, sino qué ocurre allí y la experiencia que se vive
con la música. Evidentemente, cada profesional que allí está cree en la música
como herramienta educativa, es decir, que la música provoca y transmite cosas
de forma colateral, y esas sensaciones son integradoras.
Se crean grupos de amigos que
comparten una experiencia, la música. En el documental, hay una parte en la que
describe el director de la orquesta como nota esa unidad en un grupo diverso,
como son capaces de encontrar esa unión musical. Eso ocurre cuando el grupo se
conoce, y como se ha dicho antes, no precisamente hace falta saber los
problemas de cada miembro del grupo para conocerse, va mucho más allá, se trata
de convivir y sentir una experiencia en común, y compartirla como propia. Se
crea entonces un grupo con un sentimiento de pertenencia y de participación
activa en los proyectos que crean.
Como explica su fundador, el Sistema
Nacional de Orquestas se ha normalizado, en tanto como un recurso social del
país. lo cual, refleja ese sentimiento de pertenencia y de apoyo a la actividad
artística por parte de la ciudad y de sus ciudadanos. Algunos de los chicos que
vivieron esa experiencia en su infancia y que lograron continuar en la música,
como el director Gustavo, en cada uno de sus conciertos proyecta
internacionalmente su ciudad, el proyecto de Sistema Nacional de Orquestas de
Venezuela, transmitiendo ese sentido de pertenencia a un lugar al que se debe y
del que se siente orgulloso.
De forma individual he de reconocer
que esta Orquesta y su espíritu son envidiados e imitado por otras bandas de
música municipales, por ejemplo la de mi municipio. Lo que me hace reflexionar
sobre cómo desde la música no solo se transmite música, en sentido de
entretenimiento, sino una serie de valores, de ideales y principios que se
hacen perceptibles en cada nota musical.
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